El enigma de la calle Calabria

Me gusta la novela negra, pero reconozco que he leído poca de autores españoles. Jerónimo Tristante es, además de biólogo y profesor de secundaria, un excelente escritor que se saca de la pluma a Víctor Ros, el padre de todos los detectives españoles y parte de los extranjeros. Víctor Ros nace a finales del siglo XIX en una familia pobre y, cómo no, se convierte en un raterillo. Don Armando, un policía retirado, le pilla infraganti y en vez de sacudirle la badana le convertirá en el mejor detective del mundo, que viaja de ciudad en ciudad resolviendo asesinatos truculentos en Madrid, Córdoba o Barcelona, como en este libro, el tercer caso de Víctor Ros.
Un empresario sube a su coche de caballos (no olvidemos que estamos en la Barcelona de 1881) y se dirige a la estación de tren con destino Madrid, pero nunca llegará. El cochero descubrirá que el empresario ha desaparecido y ahí entrará el detective. Gaudí, Monturiol, socialistas utópicos, burgueses perversos, bohemios, inmigrantes chabolistas... de todo hay en esta novela que, además del misterio, nos pasea por la sociedad modernista de un mundo en plena evolución.
Novela negra e histórica, ¿qué más se puede pedir?

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