Calle Berlín, 109

 Un policía de baja sin fecha de retorno al trabajo se ocupa del asesinato de un compañero. El muerto seguía una pista, llegó demasiado cerca y le torturaron hasta morir. La única pista que le deja en el contestador del teléfono al protagonista es que algo pasa en la calle Berlín, 109.
A partir de ahí, mediante el retrato de las vidas de los inquilinos de esa finca, Susana Vallejo construye una historia donde los crímenes son menos importantes que el relato de cada vecino.
Algunos en primera persona, algunos en tercera, cada inquilino de la finca se las compone como puede con su vida hasta que un suceso les hará unir fuerzas.
Menos el final, algo precipitado y a lo Agatha Christie, este libro me ha entretenido y eso que lo empecé sin muchas ganas.
Volveré a Susana Vallejo.

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