La hija del sepulturero

Joyce Carol Oates escribe a la velocidad del sonido. No se si Truman Capote la odiaba por ello, o simplemente la despreciaba como autora, aunque me temo que era más lo primero ya que él no podía.
A mi me gusta Oates. Eso sí, soy consciente de que escribe novelones decimonónicos de muchicientas páginas. Si te enganchan al inicio, fantástico. Si no, mejor dejarlos.
"La hija del sepulturero" ha sido de los que me enganchó, aunque entre medio leí otros títulos que alargaron su lectura.
La historia es de las preferidas de la autora: una mujer que sobrevive a todo, una resilente que aplica su inteligencia para aprender y seguir adelante.
Esta vez, la escogida es Rebecca Schwart. Junto a su familia logra huir a tiempo de la Alemania nazi para instalarse en un pueblo de Estados Unidos. Un padre, profesor de instituto que en la América de la esperanza sólo puede trabajar de sepulturero, cuya mente va cayendo en la oscuridad. Una madre enajenada. Unos hermanos que toman el camino más fácil. Como las capas de una cebolla, Rebecca se va desprendiendo de todo lo que le impide avanzar, porque continuar viva para criar a su hijo es lo único que importa.

1 comentario:

  1. Si realmente Truman Capote, no podía con la Oates por el tema velocímetro, en lugar de llamarse Capote, sería Burrote, no? a ver, es de admirar que la gente sea buena en algo, no de odiar, leñe! En fin.
    Tengo pendiente este novelón, aunque por lo que cuentas, no sé si ahora mismo sería plato de mi gusto. Estoy en busca de risas y buen rollo, en plan sarcastrómetro y tal, y por lo que veo hay que meterse en plan seriote... mmm me lo pensaré. Gracias por los comentarios, siempre son una muy buena guía para orientarse. un beso!

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